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martes, 18 de septiembre de 2012

I LOVE SPINNING

En realidad no era el turno para esta entrada, la próxima entrada en ocupar mi tiempo era un artículo sobre PESCA Y FOTOGRAFÍA, el cual ya estaba prácticamente acabado.



Pero a veces las cosas no pasan con la lógica que les pertoca y una repentina a la vez que emocionante jornada de spinning provoca que la presente entrada del blog, para mi placer y deleite, se me adelante.

Estrenaba caña, y con la ilusión de un adolescente con revista porno nueva, me decidí ir a desvirgarla (hay que ver lo guarrete que me estoy volviendo...). Quería un sitio especial, bonito que me delietara con capturas a la vez que con vistas sublimes. El sitio es tan especial, que no se puede ir a pié, hay que ir en barco, y eso hace que la zona esté poco quemada. Además, tenía cuentas pendientes con los moradores de esas rocas. Ya comenté en este blog que el año pasado una enorme criatura marina, sobre el mismo escenario en donde me encontraba en ese momento me arrebató la dignidad, y yo ahora estaba allí, con mi lanza dispuesto a comenzar una nueva lucha.

Llegué temprano por la mañana, a eso de las 7:30h ya le estaba dando que te pego a la caña. El mar estaba perfecto, mar de fondo que levantaba una más que notable espuma al impactar contra el roquedo, y en cada recogida que hacía del señuel, éste venia seguido por un séquito de peces varios commo obladas, sargos, serviolas y pequeños palometones. No daba crédito, sabía que la zona era excelente en cuanto a la variedad de especies marinas, pero eso era una orgía en toda regla.



La primera captura fué un digno sargo, siguiéndole unas cuantas obladas. Hay que ver estos peces cómo se alteran con el agua movida; luego con en mar en calma se hace prácticamente imposible atrapar uno. Será su voracidad, será la poca visibilidad,...?

Al poco rato de estar pescando recojo mi señuelo a un buen ritmo, un paseante azulado que me estaba deparando la mayoría de las capturas cuando se le acerca una gran sombra girs. No lo ataca, simplemente se le pone al lado i lo sigue de cerca. Me pongo de los nervios y me tiemblan hasta las pestañas ya que no sé que hacer, si bajar el ritmo, subirlo, mover la puntera de la caña para dar vida al artificial, y cuando todavía le estaba dando vueltas a la cabeza veo que el pez abre la boca y lo engulle. No fué un ataque espectacular como nos tienen acostumbrados los palometones. El gran pez, sabedor de su superioridad contra la pírrica presa, solo tuvo que hacer un movimiento de cabeza y abrir la boca con suavidad para quedar definitvamente atrapado.



Ahora comenzaba el reto, la aventura y lo difícil. Luchar el pez. Al momento intentó buscar refugio en unas rocas cercanas y muy elevadas del fondo y yo no lo podía evitar, bajo riesgo de apretar demasiado el carrete y que me partiera la línea, como me ocurrió otra vez. Ya notaba en la caña las vibraciones de la línia contra la roca, pero por suerte había puesto un bajo de línea más que fiable: un 0,40 de FLUOR-X, lo que me daba cierta tranquilidad.
Pero la cosa no podía seguir así, con el palomtón entre las rocas haciendo de las suyas acabaría por partirme el bajo. Así que decidí andar, andar y andar hacia el flanco izquierdo hasta tener al pez prácticamente paralelo a la costa, con la esperanza que la presión ejercida en la caña le obligara a salir hacia el lado por donde yo estaba. Funcionó, nada más salir del roquedo y con el pez ya con síntomas de cansancio lo alejé de las piedras. Entonces buscó la lejanía, la profundidad en donde buscaría apoyarse sobre su lateral para ejercer mayor resistencia al cobro, pero sus fuerzas ya no eran las de hacía quince minutos, así que poco a poco lo fuí acercando hasta tenerlo a mis pies.



 La altura de la zona de pesca dificultaba la tarea, suerte que por allí andaba Pau, afortunado habitante del islote que me ayudó a poner al escamudo en seco.



















Posteriormente salieron un par de obladas más y, para mi sorpresa, una vigorosa y valiente melva, la cual fué trabajada y cobrada por mi nuevo compañero y escudero Pau.



En resumen, jornada inolvidable y que quedará marcada para siempre en mi retina.

domingo, 17 de julio de 2011

SORPRESA!!! un verderol

Fuí el otro dia a mojar un rato los señuelos con la esperanza de tener al menos una persecución trepidante como no había visto nunca antes, os explico:


Tras ver unos movimientos de agua y posteriormente me enseñase su poderosa aleta dorsal en pos de mi popper, se me pusieron las piernas a temblar con lo que se me venía encima (o de mi señuelo): un palometón grande, muy grande. No puedo decir no qué pesaba ni qué medía ya que por desgracia no llegó a posar para la cámara de fotos ( y eso que seguramente lo hubiera indultado), pero os aseguro que el bicho imponía.
Al llegar el señuelo casi a mis pies la bestia se decidió,abalanzándose finalmente sobre él y comenzó la carrera, la lucha.
Yo ya sabía de antemano que tenía perdida la batalla, ya que el equipo que uso de spinning es ligero: una caña de 2,70m y acción 7-25gr, un carrete Shimano Catana 2500 y, el gran error!, un trenzado Power Pro de 0,10mm.


Equipo de spinning que uso
Pero como la esperanza es lo último que se pierde  me dispuse a "jugar" un rato (ahora pienso que no se bien quién jugaba con quién). El carrete no paraba de sacar hilo, ya que el palometón lo que buscaba eran aguas más profundas en donde convertir la columna de agua en su aliado. Eso no podía seguir así, si dejaba la cosa como estaba, me quedaría sin hilo en el carrete, y si intentaba forzar el freno para oponer una mayor resistencia a mi adversario, la ridiculez del trenzado diría hasta luego. Pues eso es lo que pasó, fruto de la inexperiencia, el susto y la impaciencia al primer intento de apretar el freno......CLAS!!! una maraña de hilo flotando en el agua. Me quedé sin pez y sin mi señuelo favorito. Pero en el fondo disfruté y creo que tenía poco que hacer frente a la magnitud del carángido. En fin, otra vez será.
Palometón capturado anteriormente, sobre el mes de abril.

Pero este artículo no era para hablar de la "no captura" (si es que al final me enrollo y no hay quién me pare...jejeje)
Este artículo es porque quería comentar una captura que me sorprendió, ya que no es muy normal pescar desde costa a spinning y a principios de julio un verderol de un kilo. Fuí cerca de casa, por la Xanga, en Playa den Bossa. El mar estaba agitado, espumoso y el viento de cara no favorecía para nada mi trabajo; el dia era más propicio para la práctca de pesca con boya o suret que no para hacer spinning.




Tras un buen rato de tirar y tirar un Long Casting de Rapala, me mordió el susodicho señuelo un bonito verderol casi cuando sacaba el artificial del agua. Lógicamente enseguida buscó refugio entre las rompientes, por lo que me temí que me enredase el hilo en alguna roca, provocando la pérdida de la pieza otra vez.

Finalmente y después de dejar que hiciese unas carreritas lo puse en seco.

miércoles, 23 de marzo de 2011

SEÑORAS DE LA NOCHE


Equipo ligerito

Seguimos al amparo de la noche, pero esta vez para engañar a otro cefalópodo: LA SEPIA.
Mis técnicas conocidas para la captura de este animal marino son ancestralmente conocidas:

a) meterse en el agua con una fitora y una linterna y arponear al estático animal mientras se le alumbra con la linterna.

b) Cazar un especímen hembra VIVO, engancharlo y dejar un par de metros por la popa. Los machos se le aferrarán cegados por el apetito sexual (¿de qué me suena esto?) Para esta técnica se requiere de una embarcación y de que se tiene que realizar durante los meses de apareamiento de las sepias (marzo-abril)
Por cierto, espero en breve poner un artículo sobre la pesca de la sepia desde kayak.

c) La sepia también se pesca con potera, pero es una pesca accidental, ya que el objetivo son los calamares y la captura de una sepia es casual.



Pajarito "trabajando"

Así que un buen dia me dijeron: "te vienes a sacar unas sepias?", y yo ni corto ni perezoso me lancé a algo que se me hacía muy extraño, pescar sepias a spinning.



 No tardaron en llegar las primeras capturas. Tras unos lances y una recogida más que lenta llegaron los primeros tirones y un bonito ejemplar de sepia pasó del mar al roca.
 Incluso capturé un calamar desde las rocas de una playa!!!




El equipo usado es muy básico: un pajarito de esos que brillan si se les enfoca con una luz (son los mismos que se usan para pescar calamares), un bajo de fluorocarbono del 0,33, seguido de trenzado del 0,10. El carrete es un Shimano Catana 2500 y la caña una Byron 270 de acción 7-25gr.
Pienso que la caña debe ser lo más sensible posible ya que, aparte de disfrutar más con nuestras capturas, notaremos la más sensible picada.


Sepia capturada en la playa
  Muchas veces al recoger se nos enganchará una sepia para volver a soltarse después, volveremos a lanzar y pasará exactamente lo mismo, se volverá a soltar. ¿Quién juega con quién? Esto quiere decir que las sepias, una vez que se han soltado, retroceden unos metros, pero no se alejan del lugar, debido a su fuerte sentido de la territorialidad.

Así que...a seguir intentándolo!!